lunes, 30 de noviembre de 2009

La graduación de colegio de mi hija

Buenas tardes a todos.

Me gustan estas ceremonias, donde cerramos etapas. Seguramente porque ya anida en nuestro interior la esperanza de nuevas experiencias que traerá la etapa que comienza. En eso estamos unidos hoy con nuestros niños, que majaderamente nos siguen informando que ya niños...no son.

El cambio de etapa es de algún modo una crisis, y es, por tanto, un momento propicio para reflexionar y ojalá, aprender.


No sé si esto es así para todos, pero nuestro paso por el Altamira ha tenido varias crisis. Unas más sociales, como la movilización de los pingüinos, y otras más personales, como el dia que... bueno, mejor no digo, porque es personal.


Siempre es personal. Fue personal la decisión de nuestro hijo o hija y fue personal como la enfrentamos cuando nos informaron "me voy a quedar en la toma", "mañana voy a ir a la marcha", "me suspendieron porque entré volada a clases", … y lo que quiero decir hoy, es que también fue personal cuando tuvimos que venir al colegio y nos pasamos una mañana entera metidos en la oficina de la Vero, mirándonos, llorando, pensando, escuchando … ¿cómo hacemos para entregarle los mejores elementos a nuestra hija? ¿cómo reforzamos sus virtudes? Personal ha sido cuando un amigo o amiga de nuestros hijos ha estado complicado y hemos querido saber, o lo hemos acogido dentro de nuestras posibilidades. Yo creo, muy personalmente, que pasar por este colegio es un riesgo, es el riesgo que conlleva atreverse a vivir la propia vida, a no encontrarla por momentos, a perder el rumbo en otros y en este viaje vital tenemos que agradecer que contamos con sabios guías, entre los profesores, coordinadores, auxiliares y entre los demás padres con quienes hemos conformado esta comunidad todos estos años. Siento que incluidos nuestros hijos, hemos cuidado este espacio, hemos crecido en este espacio y por eso solo quiero terminar diciendo gracias a todos y felicitaciones a nuestros hijos porque tomaron el riesgo y aquí están, más grandes, más sabios, más vivos.


Gracias
27 de noviembre 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

dios escribe derecho con letras torcidas


Kilómetro 5, pavimento irregular, hay que pedalear con más ganas, ahora son dos kilómetros con viento en  contra y después la subida de "La Lechera", que es larga. Un chubasco cortito y sigo pedaleando, kilómetro 9, pendiente de bajada, pero viento siempre en contra (sopla, yo se que lo tuyo es soplar y lo mío pedalear).  
El viento es irregular, como el pavimento. Cambia continuanente mientras fluye y juega. Me apoyo en él y deja de soplar, sopla de un lado y luego de otro...  ya subí la última colina de ida, llego al hito del  kkilómetro 15 y media vuelta, viento a favor y bajada ... ¡allá voy! (¿qué velocidad habré alcanzado?) Ahi vienen Stipicic y Bukasovic.  Ellos entrenan en grupo, yo prefiero solo, asi puedo conversar con el viento,que es mi amigo.
El viento siempre supo que yo no iba a volver a esta, mi tierra. Tal vez, como dios, él escribe derecho con letras torcidas. Letras de árboles peinados por las ventoleras,  de coirones, de golondrinas, de cielos sin fin, de arreboles, y de un pequeño ciclista,  avanzando apenas y con los ojos entrecerrados, pero feliz.